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domingo, 6 de abril de 2008

Astrolabio (CHAFA)


Astrolabio: El que agarra las estrellas.

Del latín medieval astrolabium, del griego astrolabion del griego astrolabos de astr/aster, astron = estrella - + lambanein, lazesthai asir, tomar, agarrar.

Y, aunque la segunda mitad de astrolabio viene de lambanein, me gusta porque la palabra parece dar a entender que es cosa de poner los labios junto a las estrellas, de besar a las estrellas; astros y labios. Además, un astrolabio siempre conjura imágenes de cartas desconocidas, de océanos ignotos y mares misteriosos, que en mi experiencia y como debe de ser, es por donde navega el corazón en busca de la esperanza. Por eso me gusta. Y por el hijo de Abelardo y Eloisa:

Eloísa (1101-1164), 22 años menor que Abelardo (1079-1142), era una muchachita excepcionalmente culta y educada, y el orgullo de su tío el canónigo Fulberto. Abelardo, atraído por la reputación de Eloísa, hizo uso de la suya que era bien conocida para persuadir al tío a que le permitiera dar lecciones privadas a la sobrina. Eloísa aprendió más que sus latines mientras perdía sus virtudes y el virgo con Abelardo (Intercambiamos más besos que proposiciones, mis manos se entretuvieron más a menudo en sus pechos que en nuestros libros. Estos besos y estos manoseos dieron su fruto, al que le pusieron el nombre de Astrolabio. A pesar de que Abelardo y Eloisa se casaron en secreto (y Eloísa de mala gana porque prefería más ser la amante que la esposa), Abelardo mandó a Eloisa a un convento en Argenteuil. El canónigo no vio estos manejos y manoseos con buenos ojos e hizo que sus jayanes y sirvientes, una noche, le cortaran las guayacas a Abelardo, operación que hicieron con prontitud y sin anestesia ni piedad. (Para leer la versión de Abelardo de estos eventos, los refiero a Historia calamitatum; "La histora de mis calamidades").

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Y aquí, el Arcipreste se va, no sin antes mandarle un beso a su doña Endrina, doquiera que sea el cielo en que ella esté brillando, que ella es una estrella donde el susodicho, temblando, pone sus labios.








(Chafallo, 13 de diciembre de 2003).

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