A veces, súbitamente o no, a uno se le viene al marote la melodía o la letra de una canción, uno o dos versos de un viejo poema y hasta la insoportable e insistente cantinela de un anuncio comercial. Esta mañana, sería un poquito antes de despertar (el estado hipnopómpico, queledisen) como la última nubecilla en el cielo de un sueño que ya no recuerdo, se me vino parte de este romance a la cabeza y al día; algo así como «Y los moricos las pasas». Me gusta mucho este romance, especialmente cuando me imagino con ternura a los moros y moritas apurados, asustados, llevando la ropa, los higos, las joyas, las pasas con canastas en la cabeza y el culito pa’ afuera caminando cuesta arriba hacia la protección del castillo. Quiero creer que es un vistazo a la vida morisca: ropa, harina, trigo, higos, pasas, joyas y moritas de quince años cotidianos y urgentemente interrumpidos una mañana en domingo.
Por otra parte, hace tiempo, lejos ya de mi Sur profundo y mi idioma íntimo y recóndito, en este romance escuché otra vez, después de muchísimo tiempo, reluciente al sol que cuadriculaba el aula de una clase de literatura española, salir rodando de la boca de mi amiga Conchita que lo leía, la palabra «colodrillo»:
«Bárbaros, dejen de jinetear las camas, se van a romper el colodrillo; Jesús, José y María con estos muchachos endemoniaos», sabían decir mi madre, o mi tía o mi abuela cuando nos subíamos a saltar sobre las camas, a trepar árboles o techos o nos poníamos a hacer travesuras similares. Era una palabra válida y corriente, como una moneda. Así lo eran también columbrar, maguer y asina, entre otras. De no creerlo ahora, aquí, yo ya vejete exiliado y «entre los lirios y la baja tarde».
Romance de la pérdida de Álora
Recogida por Ramón Menéndez Pidal
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
- ¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asaetárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sácole Pablo de rienda
y de mano Jacobillo,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
colodrillo. (De colodra).1. m. Parte posterior de la cabeza.
(Chafallantes, 13 de noviembre de 2008)
.
Por otra parte, hace tiempo, lejos ya de mi Sur profundo y mi idioma íntimo y recóndito, en este romance escuché otra vez, después de muchísimo tiempo, reluciente al sol que cuadriculaba el aula de una clase de literatura española, salir rodando de la boca de mi amiga Conchita que lo leía, la palabra «colodrillo»:
«Bárbaros, dejen de jinetear las camas, se van a romper el colodrillo; Jesús, José y María con estos muchachos endemoniaos», sabían decir mi madre, o mi tía o mi abuela cuando nos subíamos a saltar sobre las camas, a trepar árboles o techos o nos poníamos a hacer travesuras similares. Era una palabra válida y corriente, como una moneda. Así lo eran también columbrar, maguer y asina, entre otras. De no creerlo ahora, aquí, yo ya vejete exiliado y «entre los lirios y la baja tarde».
Romance de la pérdida de Álora
Recogida por Ramón Menéndez Pidal
Álora, la bien cercada,
tú que estás en par del río,
cercóte el Adelantado
una mañana en domingo,
de peones y hombres de armas
el campo bien guarnecido;
con la gran artillería
hecho te habían un portillo.
Viérades moros y moras
subir huyendo al castillo;
las moras llevan la ropa,
los moros harina y trigo,
y las moras de quince años
llevaban el oro fino,
y los moricos pequeños
llevan la pasa y el higo.
Por encima del adarve
su pendón llevan tendido.
Allá detrás de una almena
quedado se había un morico
con una ballesta armada
y en ella puesto un cuadrillo.
En altas voces diciendo
que del real le han oído:
- ¡Tregua, tregua, Adelantado,
por tuyo se da el castillo!
Alza la visera arriba
por ver el que tal le dijo:
asaetárale a la frente,
salido le ha al colodrillo.
Sácole Pablo de rienda
y de mano Jacobillo,
estos dos que había criado
en su casa desde chicos.
Lleváronle a los maestros
por ver si será guarido;
a las primeras palabras
el testamento les dijo.
colodrillo. (De colodra).1. m. Parte posterior de la cabeza.
(Chafallantes, 13 de noviembre de 2008)
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